JUICIOS INVENTADOS.

Publicada en sección “Cartas a LA NACION” 27-10-17

Juicios inventados

“…yo fui autora de la ley de nulidad de obediencia debida y punto final. Nosotros trabajamos muchos años para que haya juicios, pero no podemos tolerar que se inventen juicios contra personas, y no podemos tolerar que haya ancianos muriéndose enfermos en las cárceles, y estoy hablando de militares condenados, porque la tortura, la violencia y el abandono no se justifican?”. Esto dijo textualmente la doctora Elisa Carrió, en el programa de Nelson Castro. Ella y su equipo son de los pocos que se han tomado el trabajo de investigar la labor de jueces y querellantes en las causas mal llamadas “de lesa humanidad”, comprobando algo que en la justicia federal muchos conocen, pero callan: decenas de esos juicios celebrados en la “década ganada” son inventados y malversados, y si llegaran algún día a ser examinados como corresponde en Casación o la Corte Suprema, se dice que deberían ser nulificados. Por eso, muchos duermen en los despachos de jueces que no quieren comprometerse, mientras los acusados siguen esperando que algún juez con coraje haga lo que hasta ahora casi ninguno se atrevió a hacer: cumplir con lo que nuestra Constitución ordena. Así, varios centenares de militares, policías y civiles han muerto en cautiverio tal como lo señala Lilita, ante la indiferencia cómplice de un anómico “Círculo Rojo”. La ciudadanía le ha otorgado ahora a la doctora Carrió un apoyo masivo (nacional y no sólo limitado a la CABA) que implica el ruego de que, pese a los ataques cobardes que ha sufrido, no baje los brazos, y busque la forma de que sus denuncias tomen cuerpo y la Justicia y la moral se impongan. Los ancianos presos a que ella hace referencia merecen, en su mayor parte, no sólo la libertad, sino también que se limpie su honor mediante la revisión de prisiones preventivas o condenas basadas en hechos, testigos y argumentos jurídicos falsos, destinados únicamente a satisfacer los deseos de venganza de sectores que, en estos últimos días, han demostrado cabalmente, y una vez más, que los derechos humanos son para ellos un mero instrumento político para impedir, como fuere, que políticos bien intencionados como Mauricio Macri intenten volver a encarrilar a nuestra querida Argentina por el sendero de la ley y el orden.

Diana I. Filgueira

difilgueira@gmail.com

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