Una vez más, la mentira, la hipocresía y la ingratitud (*)
30 de Octubre de 2024
En el Suplemento Ideas de La Nación del 26 de Octubre de 2024, la exsenadora y supuesta
periodista, María Eugenia Estenssoro, en su artículo “Violencia política Toda la verdad
sobre los años 70 empieza a aflorar” (https://www.lanacion.com.ar/ideas/violencia-
politica-toda-la-verdad-sobre-los-anos-70-empieza-a-aflorar-nid27102024/), una vez más (y ya
son muchas), volvió a agitar las aguas del desencuentro y el rencor, que viene atentando contra la
paz social que tanto necesitamos los argentinos.
Recuerden que la autora de la nota es hija de José Alberto Estenssoro, gestor de la fracasada
privatización de YPF a manos de Respol, consumada entre 1989 y 1992, con el apoyo unánime de
toda la corporación política, (incluido Néstor Kirchner que consiguió los, luego desaparecidos,
“Fondos de Santa Cruz”, U$S 600.000.000,00), que trajo como consecuencia un proceso de
vaciamiento de pozos en funcionamiento y subexploración de nuevos, lo que generó la necesidad de
importar combustible, presionando al alza del tipo de cambio y agravando doblemente la escasez
de dólares. Esta malhadada privatización dio lugar a una peor reestatización kirchnerista, por la
que hoy Argentina deberá abonar a “fondos buitres”, el incluido el financista de los K, Enrique
Esquenazi, la suma de U$D 14.000.000.000,00.
Sin ningún pudor, tan cínica como hipócritamente, expresa que "Ha tenido que pasar medio siglo
para que los argentinos podamos escuchar todas las voces y acoger el dolor de todas las
víctimas", como si ella, junto con los sectores político y periodístico, a los que pertenece, no
hubieran tenido responsabilidad alguna en el silenciamiento de “todas las voces” que no
expresaran el relato oficial instalado el 10 de Diciembre de 1983, con la llegada de Raúl Alfonsín al
poder, verdadero inicio de la destrucción del Estado de Derecho en la Argentina.- A él que me
referiré más adelante.
¿Esta mujer, realmente cree que “toda la verdad sobre los años 70 empieza a aflorar”?.
Si uno lee detenidamente el artículo, puede entender porqué una periodista, que sistemáticamente
ocultó y distorsionó la Verdad, silenciando las “otras voces”, se ha ocupado de escribir sobre
nuestra triste historia reciente, sorprendiéndose que “una familia que jamás habló públicamente
decidiera hacerlo ahora” -aunque lo haya hecho de la peor manera-, condenando “por igual los
crímenes aberrantes de la guerrilla”, con lo actuado por las FFAA, de Seguridad y Policiales, en
resguardo de la libertad amenazada de todos los argentinos, incluidos la de ellos que, según el
artículo, debieron huir del país para protegerse de las amenazas terroristas, para hoy poder
repudiar de semejante forma a quienes les aseguraron su retorno y su tranquilidad.
¿Cómo fue posible que, integrantes de una familia tradicional, agredida de manera
cruel por el terrorismo, haya podido comprar, con envoltura, moño y tarjeta, el
relato alfonsokirchnerista?
Para tratar de entender esta línea de pensamiento, recurriré a Juan Manuel de Prada, cuando
expresa que cuando le preguntan cuál es la razón por la que, en su defensa del pensamiento
tradicional, se emplea con mayor denuedo contra el liberalismo que contra las ideologías
izquierdistas que supuestamente se le oponen, expresa: “dichas ideologías izquierdistas no son
sino epifenómenos (o, si se prefiere, hijos díscolos) del liberalismo, con el que entablan conflictos
intestinos que se presentan ante las masas cretinizadas como batallas cósmicas en las que se
sustancia el futuro de la Humanidad; pero que, en puridad, no son sino relaciones dialécticas
entre negociados que comparten las mismas premisas y favorecen una síntesis constante. El
propio Marx reconoció paladinamente que todo su sistema filosófico 'presuponía' el liberalismo,
que es la teta próvida o humus fecundo de todas las ideologías modernas; y, por lo tanto, la raíz
del mal que el pensamiento tradicional combate”.
Y para graficar mejor su concepto, recurre al marxista liberal Norberto Bobbio que, en su obra El
tiempo de los derechos, dice: «Para que pudiese producirse esta inversión del punto de vista de la
que nace el pensamiento político liberal era necesario que fuese abandonada toda teoría
tradicional del modelo aristotélico, según la cual el hombre es un animal político que nace en un
grupo social. […] Se trataría nada menos que de dar cuenta de la concepción individualista de la
sociedad y de la historia, que es la antítesis radical de la afirmación de Aristóteles, según la cual
el todo (la sociedad) es anterior a las partes. Según la concepción individualista de la historia, el
individuo viene antes, la sociedad viene después. La sociedad está para el individuo, no el
individuo para la sociedad». Esta 'inversión' artificiosa que convierte la sociedad en producto de
un contrato social es una idea que aceptan por igual todas las ideologías derechistas e
izquierdistas. Pues todas ellas combaten por igual la concepción aristotélica del hombre y de la
sociedad e instauran una suerte de 'disociedad' de gentes sin ataduras ni vínculos que actúan
como diosecillos soberanos dotados de una libertad omnímoda”.
Sólo de esta manera se puede comprender por qué, los Bosch, hayan sido capaces de condenar lo
actuado contra el terrorismo y salir al ruedo, luego de un silencio de 50 años, haciéndolo de la peor
forma posible, insistiendo, en la responsabilidad de la tragedia de los ’70, en “los dos
demonios”, dejando al margen a los otros demonios que, escondidos en despachos, tras
cortinas, bambalinas, teclados, tintas y micrófonos, usaron (y usan) de manera miserable, artera y
cobarde, a quienes nos enfrentamos con las armas en la mano, para alentarnos a alcanzar los
objetivos impuestos: unos, las organizaciones terroristas, hacerse del poder para instalar en la
Argentina, el proyecto castroguevarista cubano, y convertirnos en un satélite soviético y, nosotros,
las Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales, impedir que eso sucediera, con las
consecuencias vividas por los países que cayeron en sus garras.- Recordemos las experiencias de
Polonia, Alemania, Hungría, Yugoeslavia, Checoeslovaquia, Rumania, Bulgaria, China, Corea del
Norte, Laos, Vietnam, República Popular del Congo, Angola, Mozambique Ghana, Cuba,
Nicaragua, Venezuela, en los que lo único que creció fue el hambre y la desnutrición, la pobreza y la
indigencia y, por sobre todo la desesperación y pérdida de la libertad, de la que nosotros gozamos,
hasta el día de hoy.
En absoluto comparto el concepto de la “teoría de los dos demonios”, porque en esta guerra, la
sociedad entera contribuyó al desastre, reclamándonos que le devolviéramos el sosiego y le
aseguráramos la libertad.
Y quiénes son esos otros demonios: las corporaciones política y la judicial, periodistas,
intelectuales, religiosos de todos los credos (especialmente de la Iglesia Católica),
docentes, empresarios, sindicalistas y la propia sociedad argentina.
La corporación política, sin lugar a dudas, la de mayor responsabilidad en la tragedia, que
alentó tanto a terroristas como a quienes los combatimos, a unos en el proceso de destrucción de la
República y a los otros, para impedirlo.
Recordemos la actitud cobarde del líder del radicalismo, Ricardo Balbín que, cuando Perón le
propuso integrar la fórmula presidencial, se negó, no por desacuerdos programáticos, sino porque
sabía que el fundador del Justicialismo tenía poca cuerda en el carretel de la vida.
Recordemos también la negativa de los peronistas a esa fórmula, dado que por las mismas causas
no aceptaron que el poder quedara en manos de los radicales, sin importarles que el país pudiera
quedar en manos de una persona sin la idoneidad necesaria para asumir el poder en un momento
tan crítico como el que se atravesaba en 1973 o lo que hubiera sido mucho peor, que cayera en
manos del castrocomunismo. Las consecuencias quedaron a la vista.
Recordemos lo expresado por Balbín a Videla: “lo que tengan que hacer, háganlo lo antes posible”.
Ni hablar de los comunistas y radicales que se sumaron al gobierno “dictatorial” y del resto de los
políticos que, contumaces en el oportunismo, no dudaron un instante en sembrar la semilla que
germinaría el 24 de Marzo de 1976, fecha hoy repudiada hasta por los mismos que la sembraron.-
Muchos de ellos, aún continúan enquistados en el poder de turno.
Hoy esta corporación, al igual que el resto de los “demonios” alienta los juicios contra quienes les
aseguraron la libertad, o se hace la distraída, según su ideología
La corporación judicial que, luego del asesinato del extraordinario Dr José Vicente Quiroga, no
quiso comprometerse ni arriesgarse, negándose a asumir sus responsabilidades en el juzgamiento
de los terroristas capturados y hoy persigue implacablemente a quienes cumplimos con lo que nos
exigían resguardar la tranquilidad y la libertad.
Los periodistas y los medios de comunicación social, que apoyaron, tanto a unos como a
los otros, sin que en aquellos años les importara cómo combatíamos, en tanto y en cuanto se
lograran los objetivos fijados (sea el asalto al poder, sea impedirlo).- Debemos recordar que
muchos de ellos hasta revistaron en las filas de las organizaciones terroristas, tales como Horacio
Verbitsky, Eduardo Anguita, Jorge Sigal, Liliana Franco, , Rodolfo Walsh, Jorge Lanata, Alfredo
Leuco y tantos otros, a los que ahora se han sumado los que se autoperciben de “derecha”, como
Eduardo Feinman, Pablo Rossi, Baby Etchecopar, Mario Massaccesi, Débora Plager, Viviana
Canosa, Jorge Fontevecchia y otros de similar catadura moral.
Hoy vemos como sin pudor alguno, las pocas veces que los periodistas “recuerdan” la otra parte de
la historia de los ’70, solamente se refieran a los que tuvieron como protagonistas a los
Montoneros, por sus vínculos con el peronismo, haciendo “desaparecer” de los medios de
comunicación las acciones criminales perpetradas por el ERP/MTP, con claros lazos con la Unión
Cívica Radical, lo que también es parte de la metodología desinformadora adoptada por el
periodismo.
Los intelectuales, que actuaron con la misma “ligereza”, que los periodistas, apoyando tanto a
terroristas como a las Fuerzas Legales, según sus ideologías, angustias u oportunismo.- Muchos de
ellos integraron las organizaciones terroristas, entre los podemos recordar a Eduardo Anguita,
Martín Caparrós, Miguel Bonasso, Juan Gelman, León Rozichtner, Mempo Giardinelli y tantos
otros.
Los religiosos, en especial sacerdotes y obispos que enviaron a la muerte a miles de jóvenes
enrolados en la Teología de la Liberación o el tercermundismo, instándolos a sumarse a las
organizaciones terroristas y hoy, mimetizados entre los “Curas en Opción por los Pobres”,
caricatura de aquéllos, continúan con su prédica disolvente reclutando incautos entre los pobres, a
los que envían a movilizaciones y piquetes, abusando de su desesperación y sin que les importen las
consecuencias que puedan surgir de su accionar.
Los docentes de colegios secundarios y universitarios, que, al igual que los curas
tercermundistas, les llenaban la cabeza a sus alumnos reclamándoles empuñar las armas contra la
sociedad argentina y hoy los alientan a tomas de universidades y colegios y manifestaciones
violentas.
El insaciable empresariado y la burguesía nacionales (industriales, financistas,
productores agropecuarios, comerciantes o el vinculado a la obra pública) que, por cobardía o
connivencia, por un lado, financió a las organizaciones terroristas y, por el otro, nos exigía poner
fin al flagelo que los había tomado de rehenes.- Entre ellos, los propios Born, protagonistas de este
artículo que no dudaron en abonar un suculento rescate, para lograr ser liberados, a sabiendas que
ese dinero iba a ser empleado en otros secuestros y atentados.- Parte del mismo fue depositado en
La Habana para financiar el proyecto del Che Guevara de convertir la Cordillera de los Andes en
una “gran Sierra Maestra”, derramando la locura terrorista por todo Hispanoamérica, con sus
saldos de muertos, mutilados y destrucción.- Pasados los años, tuvieron la desvergüenza de
negociar con los montoneros para lograr recuperar algo de lo que habían pagado, ahora sí, dinero
manchado de la sangre de inocentes.
El sindicalismo, que fiel a su oportunista accionar de siempre, alentó a unos y otros para
preservar sus mezquinos intereses.
La propia sociedad argentina, que nos reclamaba que le devolviéramos la tranquilidad y le
aseguráramos la libertad.- Un 10 % apoyó a los terroristas, otro tanto a las Fuerzas Legales y el 80
% restante, como bien lo definió el General Perón, obró como "bosta de paloma".- Pasados los años
y aseguradas la tranquilidad y la libertad, con total impudicia, cinismo e hipocresía, los mismos que
nos habían alentado, no tuvieron ningún prurito en levantar su dedo acusador para condenarnos
por lo que habíamos hecho, elevando a los altares a aquéllos que en los ’70 los habían agredido.
Todos los “demonios” tuvieron un común denominador: a ninguno le importó la metodología que
empleáramos en el logro de los objetivos impuestos.- Nadie mayor de 60 años puede alegar
ignorancia sobre los hechos del pasado.- Sin embargo hoy vemos como sin ningún tipo de
vergüenza, los mismos periodistas e intelectuales que fueron miembros de las organizaciones
terroristas que asolaron nuestra Patria, no satisfechos con el daño que nos hicieron en los '70, hoy
continúan manteniendo abiertas las heridas del pasado, con la infame colaboración -por acción u
omisión- del resto de los demonios.
¡¡Qué triste, e ingrato al mismo tiempo, que estemos presos por haberle evitado a nuestro país los
padecimientos de los pueblos que han sufrido y sufren regímenes totalitarios comunistas!!
Lo más triste aún es que “los otros demonios” se sigan haciendo los distraídos ante estas
perversidades.- Más de 2800 miembros de las FFAA, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias y
civiles, han purgado y purgan ilegal e ilegítima privación de libertad.- De ellos, casi 870, han sido
asesinados, en el marco del Plan Sistemático y Criminal de Exterminio de un sector de la población,
crímenes que, sin lugar a dudas, constituyen verdaderos delitos de lesa humanidad, por cuanto
el “Estatuto de Roma” (que a los uniformados se les aplica en forma retroactiva), para los
jueces, fiscales y el resto de los integrantes de los tribunales prevaricadores (hoy convertidos en
peligrosas asociaciones ilícitas) y demás responsables de estos delitos, está absolutamente vigente.
A los otros demonios les pregunto: ¿qué creen que hubiera sucedido con ellos si el proyecto
socialista del ERP/MTP, Montoneros, FAR, FAP, FAL, OCPO, Descamisados y las más de 20
organizaciones terroristas que asolaron nuestra Patria, hubiera tenido éxito?.
Yo les respondo:
Seguramente algunos pocos habrían sido miembros de Comité Central del régimen totalitario
instalado;
Muchos otros hubiéramos sido fusilados;
Otros hubieran sido eternamente privados de su libertad en cárceles horrorosas (de los cuales,
con el correr de los días, algunos hubiesen muerto por la desidia de la tiranía o también
fusilados);
Otros habrían terminado en granjas colectivas y sus hijas prostituidas para poder sobrevivir;
TODOS estarían haciendo largas colas en los depósitos para recibir las migajas del régimen,
para poder alimentarse;
Y ABSOLUTAMENTE TODOS, HABRÍAN PERDIDO SU LIBERTAD,
En su artículo, su autora, reivindica el falaz Informe de la CoNaDep, comisión que se constituyó en
una especie de Ministerio Público Fiscal de una ilegal Cámara Federal para impulsar la venganza
digitada por Alfonsín, que no dudó en vulnerar cuanta norma constitucional y jurídica, con tal de
lograrla.
Distorsiona, sin mencionarla directamente, la mentira de Antonio Tróccoli, ministro del Interior
del alfonsinismo, de impulsar lo que jamás tuvieron la intención de llevar a cabo: la investigación
de los crímenes de las organizaciones terroristas, dejando totalmente desguarnecidas a sus
víctimas.
Condena la reivindicación de la ex presidente María Estela Martínez d Perón, a la que califica
como “una mujer incompetente que sumió al país en el caos”, adjudicándole la creación de la
Triple A, como si todo lo que vino después, con el retorno de la democracia (muy poco
representativa, para nada federal y, sin lugar a dudas, totalmente alejada de lo republicano) de la
mano de la infame corporación político – judicial, hubiera sido mejor, que hasta nos volvió a
introducir el terrorismo que creíamos terminado, cuando Raúl Alfonsin y su siniestra Junta
Coordinadora Radical (liderada por Enrique “Coti” Nosiglia, Ricardo Gil Lavedra, Federico Storani,
Leopoldo Moreau, entre otros), alentaron el criminal ataque a los cuarteles de La Tablada,
perpetrado por el Movimiento Todos por la Patria, conducido por Enrique Gorriarán Merlo, a la
sazón camarada de Gil Lavedra y Nosiglia, en el que fueron asesinados dos miembros de la Policía
de la Provincia de Buenos Aires y nueve miembros de las FFAA, entre ellos, cuatro Soldados
Conscriptos DESARMADOS.
Lo lamentable de todo es que a Alfonsín se lo considere el “padre de la democracia”, como ya
expresara en este artículo, luego de no dudar un instante en violentar cuanta norma constitucional
y jurídica existieran para impulsar el proceso de venganza vigente hasta nuestros días, liberar a
terroristas legalmente condenados y pactar con Carlos Menem, sólo por vicios partidocráticos, la
infame reforma constitucional de 1994.
Todo lo expresado nos coloca ante un panorama de desolación, por nuestra incapacidad de lograr
caminos de unidad y paz y ésto se debe, fundamentalmente, al sistemático ocultamiento y a la
distorsión de la lamentable historia reciente.- El relato instalado a partir de los que muchos
denominan “democracia”, aunque sólo sea una caricatura de ella, ha llegado y pareciera que se
quedará para siempre, gracias a una prensa canalla que sistemáticamente silencia, oculta , cuando
no, adapta al relato, lo sucedido en nuestra Patria y se dedica a mantener viva la brasa ardiente de
los desencuentros, impidiéndonos lograr la paz social que tanto necesitamos.
Por todo lo expresado, he llegado a la triste conclusión que, por su indiferencia e ingratitud, esta
sociedad no se merece una sola gota de la sangre derramada para conquistar la libertad que hoy
disfrutamos; no se merece una sola lágrima de los familiares y amigos de aquellos que dieron su
vida en su defensa; no se merece un solo segundo de la angustia de aquellos que hoy padecen ilegal,
ilegítima e injusta privación de libertad y, mucho menos, de las de sus seres queridos.
Emilio Guillermo Nani
Teniente Coronel – VGM
(*) Este artículo se ha basado en otros dos escritos de hace más de 7 años que,
lamentablemente, tienen plena vigencia.