EL FOLLETO, LA JUSTICIA Y EL PACTO

EL FOLLETO, LA JUSTICIA Y EL PACTO

  1. La primera pregunta

En una entrevista radial conducida por Ana Barreiro y Guillermo Viola, este último me trajo a la memoria un folleto de nuestra Asociación de Justicia y Concordia. Fue hace algunos años, en La Rural, en ocasión de una primera mesa redonda entre ex guerrilleros y ex militares que organizamos en la Rural y que, por cierto, fue exitosa. El folleto formulaba 10 preguntas – y las respondía muy resumidamente. Casi todas, diría más bien todas, tienen todo que ver con lo que se explica en el libro El Pacto que ahora hemos publicado.

La primera pregunta era ésta: ¿De qué se los acusa? (obviamente, aludía a los militares, policías y civiles antisubversivos). La respuesta era esta: “De haber participado en la comisión de crímenes de lesa humanidad en los 70.”

Aquí está todo. Porque la verdadera acusación, la que no dicen, en realidad no fue esa. Era la de haber enfrentado y derrotado a la izquierda subversiva que ahora, bajo la dirección del montonero Verbitzky, volvía al ataque disfrazada de democracia. Las pruebas son manifiestas: a) Primera prueba: El Estatuto de Roma, el que estatuye el “crimen de lesa humanidad” y fue ley para nosotros recién desde que adherimos por ley a este tratado, muchos años después de los 70, prohíbe su aplicación retroactiva, lo que significa que no puede haber habido crimen de lesa humanidad porque no existía legislado como delito. Un invento, pues, avalado por una Corte Suprema corrupta que impúdicamente declaró que en realidad el crimen de lesa humanidad existió desde siempre “en la conciencia del mundo”, aunque no estuviera escrito en la ley. Escandaloso, digo, porque nuestra Constitución prohíbe aplicar para atrás una ley penal y llama ley a la ley escrita y sancionada por el Poder Legislativo y no a la inventada conciencia; b) Segunda prueba: las pruebas reales de haber cometido alguno de los crímenes del Estatuto de Roma no existen en los expedientes judiciales: los condenan sólo por “haber estado por ahí” cuando los hechos, o ni siquiera. Es decir por “presumirse” que combatieron la subversión; c) Tercera prueba de que la condena es por haber derrotado la subversión y no por crímenes de lesa humanidad: la que sigue: a los guerrilleros no se los juzga pese a sus crímenes innegables y a que el Estatuto indica que también ellos son imputables de estos crímenes.

Pues bien, todo el armado de esta acusación falsa y absurda y de los juicios consecuentes que encarcelaron de inmediato a tanta gente honesta y patriota, y todo el paralelo y necesario proceso de destrucción de los últimos restos de la administración de justicia que se llevó a cabo a partir de allí, ha sido consecuencia de EL PACTO celebrado entre Néstor Kirchner y Horacio Verbitzky. El caballo de Troya para destruir las Fuerzas Armadas y la administración de Justicia ha sido precisamente el de estos juicios mal llamados de lesa humanidad. En el interior de este caballo de Troya ha venido oculto el motor de todo este descalabro: El aludido Pacto Kirchner-Verbitzky. Así fue como se sustituyeron los integrantes de la Corte Suprema y se obtuvo su aval judicial pese a la resistencia de alguno de sus jueces. Así nació el cáncer de Justicia Legítima que proclama abiertamente que el juez no debe ser objetivo sino ideológico. Todos en un mismo lodo, como dice el tango.

Ahora bien, la primer pregunta del folleto era ¿de qué se los acusa? Y la respuesta fue correcta, de crímenes de lesa humanidad. Hoy la formularía distinto. Preguntaría más bien: Por qué se los acusa. Y la respuesta sería: porque en el Pacto se acordó destruir material y moralmente dos cosas básicas: la Justicia y las FFAA. La balanza y la espada. Y lo hicieron.

Baste leer, sobre la primera, la convocatoria al último Encuentro Nacional de Justicia Legítima, este cáncer creciente y maligno enquistado en el interior del Poder Judicial. MODULO 1: “Rol del Poder Judicial en contexto de desigualdades”. MODULO 2: “La Reforma Judicial: un desafío político y democrático” MODULO 3: “El lugar de la sociedad en la justicia” MODULO 4: “El Género como motor democratizador en la Justicia”. Abrió Cristina Caamaño y cerró Zaffaroni. Se podría resumir todo en un solo título: “Ideologización de la Justicia”. Un planteo marxista en su léxico y en su objetivo.

Recordemos que “El Pacto”, libro publicado por nuestra Asociación, explica dos cosas: Una, qué cosa fue y en qué consistió ese pacto entre Néstor Kirchner y Horacio Verbitzky; y otra, cómo se llevó a la práctica y desarrolló este Pacto desde entonces hasta hoy, sobre todo en cuanto a los dos presupuestos indispensables señalados allí para que lo demás prosperara: destrucción de la Justicia y de las FFAA. Verbiztky le daba a Kirchner el apoyo total del progresismo cultural interno e internacional para afirmarse en el poder y organizar a su gusto la corrupción. Y Verbiztky recibía lo que pedía: el dominio total sobre la nueva religión de los Derechos Humanos. Pero, repito, era condición el sometimiento total de la administración de justicia y la destrucción de las FFAA.

Las Fuerzas Armadas han sido debilitadas, en todo sentido, a un grado extremo. Y hoy estamos padeciendo la etapa final de la toma de la justicia. Esto último es lo que el libro profundiza y muestra en detalle.

Todo ello ocurre en el contexto mundial y nacional de una impresionante subversión de todos los valores tradicionales, culturales y religiosos: educación, moral, familia, aborto, homosexualidad, desorden y enfrentamiento social. Todo junto.

  1. La siguientes preguntas del folleto

La 2ª Pregunta del folleto era: ¿Qué son los crímenes de lesa humanidad? La respuesta decía que en la Argentina sólo son tales los cometidos desde el Estado, pero para el resto del mundo y para el Tratado suscripto por la Argentina son también los que cometen organizaciones militares como las de los guerrilleros.

La respuesta era exacta, aunque por ser breve no fue más allá. El caso es que el Estatuto de Roma – hoy vigente en la Argentina – enumera una serie de casos, empezando por el homicidio, tortura, etc., pero aclara: “siempre y cuando sea cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque”. Es decir que los delitos cometidos en actos de defensa contra una fuerza militarizada atacante no son de lesa humanidad. Más claro, agua. Frente a esta verdad más grande que una casa, los dominados jueces del país optaron por hacerse los tontos, no fuera a ser que se enojasen Verbitzky y  Bonafini. Simplemente, omitieron citar el Estatuto de Roma en sus sentencias. Así como lo oye.

No puedo abundar aquí sobre las restantes preguntas y respuestas del folleto que van en recuadro separado. Pero sí, si pudiera, entablaría con cada Juez que se prestó a este circo un dialogo como este:

  • ¿Pero cómo es esto? Usted Juez dice que no prescriben porque son de lesa humanidad, ¿es así?
  • Así es, sí.
  • Pero el delito de lesa humanidad no era tal delito, no existía como delito legislado en los 70, ¿es así?
  • Bueno, sí pero no, no estaba en la ley pero la gente sabía que era un delito horrible.
  • Ajá, ¿pero no existía en la ley argentina ni en un tratado celebrado por la Argentina, no?,
  • Bueno, no.
  • ¿Y obviamente, si no existía el delito mal podía ser declarado imprescriptible por ninguna ley, no? ¿Y además la ley penal más grave nunca es retroactiva, no?
  • Bueno, marche preso por preguntón.

 

Los presos están presos, y tantos han muerto presos en base a ninguna ley así como a ningún delito probado. Están presos porque así fue pactado por dos hombres dispuestos a destrozar la Argentina. Y porque una serie de hombres de la justicia, corruptos o medrosos, han cometido el mayor escándalo jurídico y moral de la historia argentina.

 

  1. ¿Qué nos pasa?

Es notable. Todos sabemos que existe una gran mayoría de argentinos que no quieren la inmoralidad, ni la destrucción de valores, ni el robo ni el desorden kirchnerista. Que no quiere a estos jueces corruptos que se dan vuelta según sople el viento político. Se trata de una mayoría que sin embargo no encuentra un cauce político que los saque de este círculo vicioso y proponga un objetivo elevado para la Argentina y un camino nuevo para buscarlo. Faltan líderes, por supuesto. O mejor aún, falta un movimiento organizado, del que casi siempre surgen líderes, que proponga ese objetivo y ese camino nuevo para el país. Una propuesta que una a los hombres y a las familias que quieren orden, paz, trabajo, educación y justicia social. Un movimiento que busque cerrar las heridas del pasado inmediato que la ultraizquierda quiere mantener abiertas y recupere para nuestro país esa senda perdida hacia el destino que Dios quiere para la Argentina. Que comprenda e involucre incluso a todo o parte de ese 30% que se dice que compone hoy la fuerza electoral kirchnerista. Gente ésta que hoy tal vez apoya al kirchnerismo porque ante un futuro negro es mantenida con planes sociales o porque tiene en su memoria el malísimo gobierno de Macri. Pero, sobre todo, porque no ve en los rivales políticos absolutamente nada interesante, una ausencia total de ideas nuevas y serias para el futuro. En definitiva, sólo tiene frente a sí, día a día, el imperioso dominio de esta mujer que critica, vilipendia y ataca a todos aquellos que, por otro lado, él también critica y vilipendia. Ve en ella la única que tiene mando en medio de la runfla de politiqueros de ninguna monta. En definitiva, la apoya ese 30% porque no hay enfrente nada que valga la pena, nada que prometa nada.

  1. En fin

Pero bueno, ya lo sabemos. Los hombres que en su momento impidieron la implantación sangrienta de la patria socialista que querían los guerrilleros no serán liberados ni reivindicados por esta secuencia de gobiernos pervertidos que participan con más o menos entusiasmo en la destrucción de la Argentina. No terminará su martirio hasta que se mueran o hasta que en el país se restablezca la Verdad y la Justicia.

Y, por ahora, lo que vemos es la amenaza de la cooptación total y absoluta de la Justicia, mientras la verdad brilla por su ausencia, al punto que ni siquiera los hombres de la Iglesia la muestran

Está visto que en estas condiciones la verdad no resplandecerá así nomás pese a que la conocemos todos los argentinos de buena voluntad. Estamos en Cuaresma, y Cristo puede con un soplo dar vuelta las cosas en nuestra patria. Aunque no lo merezcamos.

 

 

10 PREGUNTAS SOBRE LOS JUICIOS A MILITARES Y POLICÍAS

1.- ¿De qué se los acusa?

De haber participado –como soldados o policías- en la comisión de crímenes de lesa humanidad durante la guerra de los años setenta.

2.- ¿Qué son los crímenes de lesa humanidad?

Para el mundo son los que se cometen desde el Estado o también desde organizaciones no estatales. Para el gobierno kirchnerista y los jueces que lo siguen, sólo los cometidos desde el Estado y sólo durante el gobierno militar. De esta manera, los asesinatos de hombres, mujeres y chicos por los terroristas, no son crímenes de lesa humanidad.

3.- ¿Y esos crímenes que habrían sido cometidos hace 35 años, no están prescriptos?

Sin duda, lo están Pero los jueces dicen que no, porque los tratados establecen que los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Sí, en cambio, se consideran prescriptos los cometidos por terroristas porque no actuaban desde el Estado.

4.- ¿Pero esos tratados que dicen eso existían en la época en que los crímenes habrían sido cometidos?

No, no existían. Fueron muy posteriores. Y –obviamente- un tratado es como una ley: no se lo puede aplicar retroactivamente en materia penal.

5.- ¿Pero no dice nuestra Constitución Nacional que nadie puede ser penado si no existía una ley anterior al hecho que así lo estableciera?

Sí, es el principio de legalidad del art. 18. Pero la Corte kirchnerista ha dicho que para militares y policías esa norma constitucional no se aplica.

6.- ¿Pero, además, todos esos presuntos delitos no habían sido anmistiados por leyes del Congreso declaradas válidas por nuestra Corte Suprema?

Efectivamente, por el Congreso del gobierno de Alfonsín y por la Corte Suprema de ese momento. Pero el Congreso kirchnerista y la Corte kirchnerista desconoció todo eso, así como el derecho adquirido de todos los acusados.

7.- ¿Más allá de estas anomalías jurídicas, está probado que los militares y policías acusados cometieron crímenes aberrantes que después fueron calificados como de “lesa humanidad”?.

 No, en absoluto. Es un hecho que hubo desaparecidos, aunque en número inmensamente inferior al pretendido, es un hecho también que hubo una “guerra sucia” de ambos lados, pero no está probada la responsabilidad individual de los acusados. Esto porque que el trámite de los juicios mismos, más allá de su improcedencia, ha sido y es absolutamente irregular. Estos juicios, impulsados por hombres vinculados al terrorismo (como el Secretario de Derechos Humanos), por  la Presidenta y el Presidente de la Corte, y por jueces acomodaticios, se basan en testimonios de los propios terroristas quienes no pueden ser libremente contrainterrogados por las defensas.

8.- ¿Por qué están todos presos si en general no tienen aún condenas definitivas?

Porque la “política de Estado” que proclama Lorenzetti en increíble simbiosis con el Poder Ejecutivo, implica que para ellos no rigen las garantías de cualquier ciudadano. Se los encarcela por años con la sola acusación de haber participado activa o pasivamente en un hecho de hace 35 años.

9.- ¿A qué responde esta acción concertada?

El objetivo es múltiple, pero muy claro: cobro de indemnizaciones formidables y destrucción de las fuerzas armadas y policiales. La Nación está inerme frente a la anarquía y frente a la agresión externa e interna.

10.- ¿Cuáles son las condiciones carcelarias?

Terribles. Por eso han muerto tantos en cautiverio. Las cárceles no están pensadas para hombres de de más de 60 años, y todos estos hombres tienen 60, 70 u 80 años de edad, o aún más. Para ellos, en general, no hay prisión domiciliaria. Para ellos no rigen las leyes.

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