DISCURSO DE SEGUNDO CARAFÍ*

DISCURSO DE SEGUNDO CARAFÍ*

(Video de Segundo Carafí a partir del minuto 2,40)

 https://www.youtube.com/watch?time_continue=49&v=9OPq_CuJLCI

Buenas tardes a todos,
Mi nombre es Segundo Carafí. Intentaré en estos minutos presentarles el
Centro de Estudios que estamos formando con un grupo de jóvenes a
quienes tengo el honor de representar acá adelante en este momento, ellos
son Milagros O´Reilly, Juan Bautista de las Carreras, Joaquín Calandra y
Felipe Aberastury.
Antes de arrancar con la presentación me gustaría poder agradecerles
mucho a algunas personas que de distintas maneras nos han ayudado y
acompañado en este camino. En primer lugar quiero agradecer a la familia
Bosch y especialmente a la dueña de casa, Ángeles, quien durante todo este
año puso a disposición su casa para recibirnos en reuniones y charlas,
siendo siempre un anfitrión de lujo. Gracias Ángeles. Agradezco también a
quienes han ofrecido de oradores para este grupo de jóvenes durante todo
este año, ellos son Vicente Massot, José D´Angelo, Gustavo Breide Obeid,
Cecilia Pando, María Luján Bertella, Nicolás Márquez y Agustín Laje. Quiero
agradecer también al General Julio Hang y especialmente a Julio Cirino por
su incansable ayuda en todo este proceso de formación del Centro de
Estudios. Por último no puedo dejar de agradecer a quienes hacen de
nuestros faros en este largo camino, Alberto Solanet, Carlos Bosch, Gerardo
Palacios Hardy y Ricardo Saint Jean. Sepan que sin ustedes probablemente
nosotros estaríamos hoy perdiendo el tiempo viendo televisión en nuestras
casas. De corazón, gracias.
Nosotros somos un grupo de jóvenes. Como personas que somos estamos
en constante proceso de formación, no tengo dudas que uno aprende hasta
el último día de su vida. Como jóvenes y como hijos de la tecnología nos
enfrentamos todos los días a cataratas de información. Esa información me
gusta clasificarla en dos grandes grupos, información e información
contaminada. Lamentablemente durante toda nuestra etapa escolar y hasta
el día de hoy hemos recibido y recibimos una enorme cantidad de
información contaminada. Por distintas circunstancias en algún momento de
nuestras vidas tuvimos la posibilidad de marcar esta diferencia y darnos
cuenta de que no toda la información que recibimos, no todo lo que leíamos,
no todo lo que escuchábamos ni todo lo que nos contaban era así. Es en
ese momento cuando cada uno por sus propios medios comienza a buscar
rodearse de información y dejar de lado esta información contaminada. Es en
ese proceso que nuestros caminos se cruzan. Como primer definición del
Centro de Estudios diría que está formado por jóvenes en proceso de
formación y en búsqueda de información.
Nosotros no todos nos conocíamos, nos encontramos por primera vez
asistiendo como invitados a una primer charla para jóvenes que Justicia y
Concordia había organizado en lo de Carlos. Luego de esa charla asistimos
a otra y por esas cosas de la vida nos encontramos nosotros 5 con algunos
amigos más organizando una tercer charla, ya mas grande y mas importante,
de Nicolás Márquez y Agustín Laje. En esa organización surge en nosotros el
deseo de hacer algo más. Por un lado veíamos una oportunidad: muchos
jóvenes estaban viniendo a estas charlas, por otro lado veíamos que
teníamos con quien hacerlo: Justicia y Concordia, lo que nos faltaba era
definir qué hacer y cómo hacerlo. Después de pensarlo mucho, recibir mucha
ayuda y consejos, decidimos formar el Centro de Estudios y Formación.
Nos dimos cuenta que había algo central que nos unía a todos, la constante
búsqueda de la verdad. Sea cual sea. A su vez nos dimos cuenta que esta
búsqueda debía estar apoyada en tres pilares fundamentales, Dios, Patria y
Familia. Estos pilares que en este orden no solo son los cimientos de este
Centro de Estudios si no que además son el sostén de nuestras propias
vidas. Dios, Patria y Familia, a partir de eso, todo.
La idea del Centro de Estudios es que los jóvenes encuentren en él un lugar
donde poder formarse, interactuar con los demás, opinar y poner en común
ideas, un lugar donde puedan crecer. En principio el año que viene
continuaremos con estos ciclos de charlas, donde se abordarán no sólo los
temas que nos convocan hoy acá si no también todos aquellos temas y
problemas que surjan como resultado de la revolución cultural que enfrenta
hoy a la civilización Occidental y Cristiana. Tenemos también la idea de
formarnos a través de debates previa lectura de algún texto como también la
publicación de documentos resultado de investigaciones y estudios
realizados por los jóvenes que formen parte del Centro de Estudios.
Mas allá de las actividades del Centro de Estudios y sus objetivos, creo que
es importante profundizar en lo que hay detrás de el. Que nosotros hoy
estemos fundando un Centro de Estudios es el resultado de haber recibido
durante toda nuestra vida esa información contaminada que les comentaba
al principio. Nosotros somos jóvenes que desde que comenzamos a tener
memoria nos contaron un cuento que era una mentira. Nos quisieron hacer
creer cosas que estaban lejos de ser reales. Nos quisieron decir que la
historia se podía reescribir. Nos dijeron que los hechos son opinables, que mi
verdad puede ser distinta a la tuya, cuando hay solo una verdad, una sola
realidad. Yo personalmente me siento y me veo a mi mismo como una
víctima de las generaciones que nos formaron. Por acción u omisión de
nuestros padres, profesores, familiares, conocidos, etc. esa información
contaminada llegó a nosotros, se perpetró en lo mas profundo de nuestras
cabezas y hoy cuesta mucho sacarla. Hoy tenemos la enorme tarea de
reeducarnos, no tenemos otro camino para conocer la verdad. No somos
niños a los cuales se les explican las cosas por primera vez y las aprenden
con facilidad. Somos jóvenes que necesitamos conocer la verdad y esa
verdad es contraria a todo lo que ya conocemos. ¿Cómo planean explicarle a
una persona que su remera es verde cuando creyó toda su vida que era
azul? Es realmente muy difícil. Realmente no exagero cuando digo que
somos víctimas de las generaciones que nos formaron y lo digo con dolor, no
me da ningún placer decirlo.
Así como digo que como jóvenes en general somos víctimas, también debo
reconocer que somos un grupo afortunado. Un grupo afortunado porque Dios
quiso ponernos en un lugar donde esa información contaminada nos llegue
en la menor medida posible y a su vez donde nuestros familiares y
profesores nos intentaron formar de la mejor manera posible dejando de lado
este contexto de mala información. Es por eso que hoy estamos acá, puede
sonar arrogante pero realmente somos afortunados. Tuvimos una
oportunidad única y en esa oportunidad nace una responsabilidad. Hoy
sentimos que tenemos la responsabilidad de contarles a quienes nos rodean,
a nuestros amigos, a nuestros conocidos y a todos los jóvenes a los que
podamos llegar, las cosas como son, la verdad, la realidad. Es por eso que
creamos el Centro de Estudios, como una herramienta no solo para seguir
formándonos nosotros mismos sino que para poder difundir estas verdades y
buscar la restauración de los valores cristianos en medio de este contexto
adverso. Esta responsabilidad no solo es un servicio para todos aquellos que
puedan formar parte del Centro de Estudios si no que además lo sentimos
como un servicio a Dios y a la Patria.
Estoy convencido que como jóvenes tenemos la enorme oportunidad de
decidir sobre nuestro futuro, somos nosotros quien debemos tomar las
riendas de lo que hacemos, nadie puede ni debe hacerlo por nosotros. No
tengo dudas que la mejor decisión que podemos tomar en vistas a nuestro
propio futuro es la constante búsqueda de la formación personal y espiritual
acompañada del servicio. Esas dos cosas se juntan en este Centro de
estudios. Formación y servicio. Todo resultado de él será un servicio en
primer lugar a Dios, por difundir sus verdades, a la Patria, por luchar siempre
por ella, y a todos los jóvenes que lo formen por acompañarlos en este
proceso de formación.
“El estudioso es el que lleva a los demás a lo que él ha comprendido: la
verdad.” escribió alguna vez Santo Tomás de Aquino.
Para terminar me gustaría poder poner en contexto dónde creo que estamos
los jóvenes parados hoy en nuestro país, qué rol cumplimos en la sociedad y
que le debemos a nuestra querida Argentina.
Vivimos en el mejor país del mundo. Estoy absolutamente convencido de
eso. Este país que tanto vemos sufrir y que tan mal vimos que se le hizo es
el nuestro y siempre será el nuestro. De hecho creo que un buen arranque
sería cambiar el “Este país” por “Nuestro país”. Lamentablemente en el
pasado los jóvenes lastimaron y marcaron nuestro país para siempre. Sus
consecuencias aún las sufrimos hoy y el trabajo de ustedes tiene que ver con
esto. Aún no logramos salir de eso. Hay quienes creen que hasta que no
mueran las generaciones que protagonizaron los 70 nuestro país no va a
cambiar. La verdad es que antes que sentarme a esperar prefiero tomar un
rol activo. Eso me trae al hoy. Siento que así como los jóvenes fueron los
protagonistas y responsables de la época más oscura de nuestro país, donde
levantaban las banderas de la revolución, hoy los jóvenes debemos ser los
protagonistas del cambio, los protagonistas de la unión y los responsables de
suturar esta herida para siempre. Sueño todos los días con que todos juntos
podamos lograr ese objetivo. Somos la primer generación que puede ser
totalmente ajena a lo ocurrido durante esa época, no somos hijos de quienes
lucharon esa guerra armada ni protagonistas de la misma. Tenemos una
oportunidad gigantesca y sería un grave error dejarla pasar. Hay sectores
que intentan y van a seguir intentando hacernos formar parte de esta guerra
fría que sigue hoy, debemos mantenernos al margen y no perder de vista el
objetivo. Ojo, que no seamos hijos ni protagonistas no quiere decir que el
camino sea olvidar, quien olvida su historia no tiene futuro. Aprendiendo de
los errores, aceptando la historia como fue sin intentar cambiarla, luchando
por la búsqueda de la justicia imparcial como debe ser y buscando la unión
es el único camino que tenemos para cerrar esta grieta. Se lo debemos a
nuestra patria. Se que quizá pongo la vara muy alta, pero realmente creo que
Dios pone frente a nuestros ojos esta oportunidad y desaprovecharla sería
poner en peligro el futuro de nuestro país. No podemos ignorar esta realidad,
no debemos ignorar la guerra en la que se vive hoy, no es bueno que
seamos ajenos a esto. Tenemos todas las herramientas para llevar a cabo
este cambio y depende absolutamente de nosotros. Sin lugar a dudas que
lleva mucho tiempo, pero realmente creo que la vocación de toda persona
debe ser contribuir en algo a su patria y no dudo de que la manera de mi
generación y las que vendrán de contribuir a nuestra querida Argentina, esta
Argentina que nos duele y que porque nos duele la amamos, es esta. Somos
jóvenes, tenemos toda una vida por delante, tenemos la voluntad y la energía
necesaria para generar grandes cambios, pero también tenemos la enorme
tarea de cerrar esta herida. Esta herida que solo se puede cerrar con la
verdad, con la justicia y la concordia.

Como decía Sir Winston Churchill, “Soy optimista. No parece muy útil ser otra
cosa”.

Muchas gracias.

 

*Segundo Carafí es referente de un grupo de jóvenes que están conformando el Centro de Estudios de Justicia y Concordia. Este discurso fue pronunciado el 06/11/2017 en la Asamblea Ordinaria Anual de la Asociación Abogados por la Justicia y la Concordia

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